Educación no es beneficencia
Mi querida Sol Barreiro me trae, a través de facebook, esta noticia de Heraldo de Aragón:
Y tiene razón la consejera (aunque solo sea a medias pues, y a sus hechos me remito, más bien parece que no dirija ni una cosa ni la otra si admitimos, con la RAE, que dirigir es: Enderezar, llevar rectamente algo hacia un término o lugar señalado y todos entendemos lo mismo por enderezar y rectamente). El departamento de Educación no es un departamento de beneficencia, ni mucho menos, es un departamento que debería gestionar uno de los derechos fundamentales e inalienables (palabra antigua que habrá que recuperar y grabar a fuego en la puerta de cualquier administración pública, especialmente la educativa y la sanitaria).
Por lo que parece la educación consiste en que haya un colegio (da igual cómo esté dotado), con unos maestros (da igual cómo estén apoyados), que enseñen matemáticas a montón y, sobre todo, que usen los garbanzos únicamente para enseñar a contar, no sea cosa que los niños, algunos de ellos malnutridos, se los vayan a comer, que no estamos aquí para defender los derechos del niño ni siquiera para atender sus necesidades básicas.Y el que no los pueda mantener, que no los hubiera tenido (¡Huy!, eso no, que pasamos por ser garantes de la moral, y eso es pecado).
Para dar de comer a los niños que lo necesiten ya habrá maestros y maestras que pongan fondo común para comida o lleven bocatas de casa o padres y madres que paguen el comedor de otros niños que no son los suyos, porque los propios comen en casa o plataformas que reivindiquen soluciones al problema...
Pero sepa la consejera que toda esta gente que sí intenta alimentar a los niños con problemas para acceder, no a las matemáticas, sino a la comida, está de acuerdo con sus palabras y sus hechos: ellos tampoco practican la beneficencia, practican la Justicia.
Y tiene razón la consejera (aunque solo sea a medias pues, y a sus hechos me remito, más bien parece que no dirija ni una cosa ni la otra si admitimos, con la RAE, que dirigir es: Enderezar, llevar rectamente algo hacia un término o lugar señalado y todos entendemos lo mismo por enderezar y rectamente). El departamento de Educación no es un departamento de beneficencia, ni mucho menos, es un departamento que debería gestionar uno de los derechos fundamentales e inalienables (palabra antigua que habrá que recuperar y grabar a fuego en la puerta de cualquier administración pública, especialmente la educativa y la sanitaria).
Por lo que parece la educación consiste en que haya un colegio (da igual cómo esté dotado), con unos maestros (da igual cómo estén apoyados), que enseñen matemáticas a montón y, sobre todo, que usen los garbanzos únicamente para enseñar a contar, no sea cosa que los niños, algunos de ellos malnutridos, se los vayan a comer, que no estamos aquí para defender los derechos del niño ni siquiera para atender sus necesidades básicas.
Para dar de comer a los niños que lo necesiten ya habrá maestros y maestras que pongan fondo común para comida o lleven bocatas de casa o padres y madres que paguen el comedor de otros niños que no son los suyos, porque los propios comen en casa o plataformas que reivindiquen soluciones al problema...
Pero sepa la consejera que toda esta gente que sí intenta alimentar a los niños con problemas para acceder, no a las matemáticas, sino a la comida, está de acuerdo con sus palabras y sus hechos: ellos tampoco practican la beneficencia, practican la Justicia.
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