La violencia contra los docentes según el evangelio de ciudadanos

Acabada la semana abro el periódico y me encuentro con que el partido ciudadanos de Aragón ha presentasdo una pregunta al consejero de educación, Felipe Faci, para que (según Europa Press),  explique qué acciones está llevando a cabo el Departamento de Educación para disminuir los casos de acoso y de violencia contra el profesorado en los centros docentes de la Comunidad autónoma. Agradezco sinceramente a Ciudadanos su preocupación por los docentes y la calidad de la enseñanza que, según ellos, las amenazas, el acoso y la violencia sobre el profesorado son un síntoma de mala calidad educativa y necesitamos mantener el respeto adecuado sobre los docentes, lo que redundará también en una sociedad más justa y que demuestre que la convivencia es un pilar fundamental.
Y es cierto, la violencia contra los docentes es un problema, tan cierto como que es un problema residual en la Comunidad Autónoma de Aragón, al menos en lo que a casos graves se refiere.

Foto de 20 minutos
Como docente que ha trabajado con jóvenes procedentes del fracaso escolar (académico o comportamental), tanto en educación de las personas adultas con adolescentes desde los 16 años, como en enseñanza secundaria, en UIEE (unidad de intervención educativa específica) como en PCPI, programas ambos que amparaban a alumnado con problemas académicos y, muchas veces, conductuales; muchos de ellos no eran fáciles y los que no lo eran provenían de situaciones familiares o socio-económicas nada favorables; trabajando entre ellos me he encontrado con situaciones de violencia, verbal o física y ninguna de ellas ha conseguido sobrepasar mi capacitación docente, probablemente haya tenido suerte, la misma que tienen otros compañeros y compañeras que se dedican a este oficio con esos chicos y chicas y que suponen, no un problema, sino un reto permanente para intentar recuperarlos, a algunos para el sistema educativo (y he vivido casos en primera persona que hoy son graduadas universitarias) o, al menos para la sociedad (y ahí tengo más casos todavía).

Mire señor Trullén (portavoz de educación de C's en las Cortes de Aragón), si lo que quería era logar un titular en la prensa, lo ha conseguido, pero pequeñito, eso sí, que su loable preocupación no ha pasado de un breve en los medios; si su intención era hacerse un selfie con algunos sindicatos corporativistas y sus afiliados que andan siempre a vueltas con ese tema y que, es cierto, les atrae más afiliados que la mejora de la calidad de la enseñanza, seguramente también lo habrá logrado, siempre y cuando les avise, que no suele ser gente de leer mucho las noticias educativas. Pero si lo que pretende es sembrar una alarma social y magnificar un problema que apenas existe, al menos en casos graves y que, en la mayoría de las ocasiones se gestiona desde la propia competencia docente de enseñantes sobradamente preparados, está usted haciendo un flaco favor a la dignidad de la enseñanza e, incluso, a sí mismo, por intentar hacer una montaña de lo que es un grano de arena. Por cierto, si quiere mejorar la calidad de la enseñanza, hable con sus colegas de Murcia sobre el tema del  llamado pin parental o, si lo prefiere, retírese  del oficio político que andamos sobrados de tremendistas, alarmistas y manipuladores.


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