Los amos del Real Zaragoza

La opción del Real Zaragoza parece ser desarraigar a un equipo. Malbaratar las joyas de la cantera no solo supone hacer una caja ridícula para las necesidades de un club arruinado sino despersonalizar la identidad del equipo. Casi ninguno de los sustitutos de los ya ausentes o los anunciados relevados (Pombo, Delmás,  Lasure, Guti, Clemente...) ha mejorado el puesto y en pocos casos ha traído un respiro económico. Ni siquiera Soro o Vaĺlejo o Biel, malvendidos por debajo del valor que hubiesen alcanzado con más experiencia en un equipo necesitado de ella. Lo malo no es lo peor, lo peor es que muchos refuerzan a rivales directos de segunda y son sustituidos por jugadores de ligas inferiores

Las líneas de este desatino las marcan los amos de Zaragoza (la ciudad -los que ponen y quitan alcaldes-) que, en parte, son también los amos del Real Zaragoza y que tienen su brazo armado en el esbirro Arantegui.